... o como decía mi tía, de los "estados juntos"
Estos son casos que supuestamente les han pasado a ecuatorianos que viven o han vivido en los Estados Unidos. Aquí se refleja de una forma muy divertida el desconocimiento del idioma inglés.
Le contaba un amigo a otro.
Cuando recién llegué a los Estados Unidos y como no hablaba nada de inglés, andaba medio perdido cuando de pronto me encuentro con una chica muy bonita. Nos sonreímos. Ella traía un lápiz y un cuaderno y me dibuja una mesa y dos personas comiendo. Yo pensé "un restaurante". Así que fuimos a comer. Luego ella me dibuja una pareja bailando, y yo pensé "una discoteca". En efecto fuimos a bailar. Después ella me dibuja una cama, una silla y un velador. Se queda pensativo.
- Lo que yo no entiendo es cómo ella descubrió que yo era carpintero, dice muy triste.
Carta de Pepito a su padre:
- Papito, estoy bien por acá, pero le cuento que el inglés no me entra y el español ya me estoy olvidando. Respuesta del padre: - Pepito, regresáte no más antes de que te vuelvas mudo.
Un amigo le contaba a otro:
- El otro día que estaba manejando casi atropellé a uno de la Florida. - ¿Y cómo sabes que era de la Florida? - Porque cuando pasaba gritó "Sunny Beach".
Un par de ecuatorianos, Juan y Pedro, exportados directamente de Chimbacalle, estaban en una estación de tren en los Estados Unidos. Juan le dice a Pedro:
- Anda pregunta al boletero cuándo sale el tren.
Este bien mandado va y pregunta: - Señor, cuándo sale el tren? - Nine ten, responde el boletero que algo entendía de español.
Pedro regresa todo triste y le informa a Juan:
- Dice que no hay tren. - Estas loco, replica este último, anda pregunta otra vez.
Efectivamente, Pedro regresa y pregunta nuevamente y la respuesta es nuevamente, "nine ten!", por lo que nuevamente regresa todo triste a informar a su amigo que no hay tren.
Juan dice: - Tú no entiendes nada. Yo voy a preguntar.
Asi lo hace, y el boletero que no estaba de muy buen genio le contesta esta vez: - Nine ten, son of a bitch.
Esta vez, el ecuatoriano se regresa y le dice a su amigo: - Tienes razón, dice que no hay tren porque se dañó el switch.
Llega el pastusito por primera vez a Miami y se encuentra diez dolares en el suelo. El pastusito piensa, "Cierto que en los Estados Unidos la plata ha sabido estar botada. Pero como ahora estoy cansado mejor recogo la plata mañana temprano". |